Me encuentro tan gris como el cielo que nos acompaña estos días. Y es que no me apetece reflexionar en absoluto. Todos los días son iguales, y aunque quisiera vivir cada día como si fuera el último, lo cierto es que funciono en automático. Solo esperando a que salga el sol y vuelva a ser yo de nuevo. Hasta tal punto dependo del tiempo.En fin, sigamos tapando el silencio hasta que termine este invierno interminable.
Sobre la mentira:
Este libro que ando rondando es francamente interesante.Viene a decir que todos pensamos que somos buenísimos adviertiendo las mentiras ajenas (yo así lo creía) y se ha demostrado que tenemos la misma probabilidad de adivinar que nos engañan, que si tiráramos una moneda al aire (miente,no miente).
Total, que creemos que una persona que miente desvía la mirada, mueve las manos nerviosamente, se toca la nariz y todas estas cosas. En absoluto, somos incapaces por lo visto de percatarnos de las mil mentiras que nos cuentan y que contamos cada día. Pequeñas mentiras que ni van a ningún sitio ni vienen de ninguna parte. Además cuando mentimos, controlamos bastante bien lo que hacemos con el cuerpo, a excepción de los pies.
Y es que, se ha demostrado, que una mentira se capta mejor por lo que se dice, que por cómo se dice. Es cierto lo de los microgestos y tal, pero por lo visto, somos malísimos advirtiéndolos.
Y aquí viene la parte interesante. Qué y cómo nos lo dicen. Por lo visto el que miente comete siempre los siguientes errores:
-Da muchos menos detalles del evento que si dijera la verdad.Por lo cual el discurso es mucho mas corto (además, cuantos mas detalles des, mas fácil es que te pillen).
-Suele hablar en impersonal para poner distancia con la mentira. El que dice la verdad hace muchas mas referencia a si mismo(hay muchos mas “yoes”), a como se sintió etc.-Y esto es interesante.El tema del olvido. Cuando mentimos damos detalles sobre horas exactas en las que hicimos o no hicimos cosas, o sitios exactos en los que estuvimos. Sin embargo, cuando decimos la verdad realmente no damos esos detalles porque no solemos recordarlos.(en plan,,,,mamá no recuerdo que hora era, pero te prometo que estaba allí)
-Hay muchas mas pausas, dudas y coletillas.
-Por último, y esto también va contra el sentido común, detectamos mejor una mentira cuando sólo la escuchamos o cuando la leemos, que si vemos al sujeto mintiendo.
Y vale, para terminar,resulta que todos mentimos al día por lo menos dos o tres veces(para conservar nuestra autoimagen y tal). Asi que me he propuesto sumar las veces que miento al día a ver si es verdad.Ya os contaré.
Besitos mentirosos.
